La comúnmente conocida como “subida de leche” está relacionada con la llegada de la leche materna pocos días después del parto y se manifiesta con pechos tensos, inflamados y sensibles; aunque también es cierto que en ocasiones, incluso llevando una lactancia favorable, se puede notar una “subida de la leche” semanas después.
Las recomendaciones apuntan dar de mamar todo lo posible a la vez que nos aseguramos que mejora el agarre y succión del bebé al pecho para evitar posibles patologías. Cuando las plétoras son muy molestas se puede intentar bajar la inflamación realizando un masaje linfático en las mamas, extraer un poco de leche antes de la toma para disminuir la tensión, evitar el uso de pezoneras y/o cambiar de posturas al amamantar.
No conviene dejar de dar el pecho ya que eso empeoraría la situación, ni vaciarlo en exceso con el uso de sacabuches o similar.
Si tienes dudas contacta con tu pediatra o con el grupo de apoyo a la lactancia más cercano, ellos te ayudarán a valorar tu caso y a tomar las medidas necesarias para que tu y tu bebé podáis disfrutar de una lactancia placentera.
Fuente: Teteando en la vía láctea
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